El sendero de La Llanía es un regalo para los sentidos que exhibe el lado isleño más verde gracias a una ruta circular muy bien señalizada y de dificultad escasa -apta para niños y mayores- que te envuelve en un maravilloso vergel de bosques de laurisilva, brezos y pinos canarios.
En cuanto a la duración, la ruta presenta tres variantes: Corta, media y larga; identificadas con los colores verde, naranja y azul, respectivamente.
- Verde: 4.200 metros con una duración aproximada de 2 horas
- Naranja: 5.600 metros con una duración aproximada de 3 horas
- Verde: 7.400 metros con una duración aproximada de 4 horas
Tras cruzar bajo un bonito arco de madera que señaliza el comienzo de la ruta, te adentrarás en El Brezal, un auténtico escenario verde de cuento de hadas cargado de magnetismo que resulta especialmente hechizante cuando las habituales brumas herreñas bajan a saludar.
En él encontrarás bellísimos ejemplares de bayal-brezal vestidos parcialmente por caprichosos musgos y líquenes, tupidas alfombras de helechos tapizando el suelo, amplias zonas abiertas decoradas -en primavera- con llamativas flores amarillas y color púrpura, vertiginosas laderas en repoblación pertenecientes a la caldera de la Hoya de Fireba, un bosque de pinos, varias sorpresas y hasta una leyenda como premio final en la zona conocida como El bailadero de las brujas.
Son varias las paradas estratégicas que presenta la ruta de senderismo de La Llanía pero, sin duda alguna, las más interesantes y que mayor expectación despiertan son sus dos miradores (ambos incluidos en las tres variantes): El mirador de Fireba, con unas vistas brutales de la caldera del mismo nombre; y el mirador de La Llanía, con unas vertiginosas y espectaculares vistas del valle de El Golfo.